sábado, 19 de noviembre de 2016

ESTO NO ES UN POEMA

Esto no es un poema,
no pretende ser ni lírico,
ni bello ni refinado:
repito, esto no es un poema.

Me siento como una nuez hueca,
como una patata podrida que lleva apestando semanas en la despensa,
como un vaso de leche agria en tu nevera,
me siento sin saber como sentarme, en medio de un monton de gente y sin saber donde poner el cuello (los asientos en el lado del pasillo me ponen nerviosa).
A menudo me dan ganas de llorar en medio de un montón de gente, a menudo lo hago un poco pero, por suerte paso desapercibida; me encuentro en soledad pero sin estarlo ni un solo segundo, vivo en una agonía continua que se anuda en mi estómago, bendito sufrimiento el mío, de querer llorar a garganta pelada y no poder.

¿Hay algo peor que eso?


Hay algo dentro de mí que nunca va a estar bien, no sé qué es exactamente, no sé porque nunca me encuentro del todo, no sé por qué nunca nada termina de funcionar.
Me da vértigo cualquier ruido, me da ganas de vomitar cualquier otra forma de vida, nada me sabe a nada.

Me gustaría saber por qué tengo que vivir en una contínua búsqueda, sin saber qué mierda busco en realidad.

Estoy harta de que todo me decepcione: la gente me decepciona, mis expectativas me decepcionan, mi suerte me decepciona, yo misma me decepciono.

Siento que tengo una sensibilidad distinta al resto, siento que percibo el mundo de una manera muy diferente a los demas y que nadie nunca me va a llegar a entender, ni a mí, ni a mis conflictos internos, ni a mi forma de sentir o expresarme.

Me siento muy sola,
muy incomprendida,
con demasiadas necesidades,
demasiadas expectativas,
demasiadas dudas y demasiadas ansias,
por volver a sentir algo.

No hay comentarios: