martes, 27 de octubre de 2015

Lengua cortante


Hoy te escribo a ti
y a tu mirada de tigre,
o de gatillo salvaje recién levantado, 
de estiramientos mañaneros dulces,
de pelaje arisco y de astucia eterna;
de gatillo fácil,
de apretar,
de acariciar,
de gatillo que provoca,
de arma fría que te reta,
de las que te tiran un beso 
y te llaman "baby"
antes de atravesarte el pecho,
antes de darte la muerte.

A tus ojos de ámbar maldito,
de ámbar verdoso,
de lenguaje abstracto,
savia del árbol podrido
que pide a gritos desenroscar sus raíces, 
tejidas de arañas, 
estómago de dragón encantado,
de coraza escamada
y de volar desorientado.

A tu pelo que cae,
a tu pelo de corteza
de samurai
de catana en mano,
que se va a la guerra por días y no vuelve,
a luchar por una causa que siempre escondió en el pecho,
pero que ni el mismo conoce.

Quizás contra sus propios demonios, 
o contra su vacío,
que lo hace preso.

Rodamos por el verde prado
y me acuna tu sol felino,
me cuenta la brisa,
la brisa,
que es sonrisa,
la tuya, 
que dice que hay algo igual en nosotros,
la misma piedra cortante,
el mismo sol...
...o el mismo hielo invernal en los huesos...?

Me estoy enredando
y solo intento desencriptarte,
como la poesía pura que no se deja leer,
que me está ahogando.

Y no sé si es tu agorafobia
que se está refugiando de mí
o la claustrofobia mía que me está mareando,
que entorpece mis pensamientos,
que confunde,
que me está amaestrando.

Estoy en busca y captura por Morfeo,
de la misma forma que busco la materia común que nos une, 
abstracta.

Que la insomnia me puede
y a ti la oniria infeliz
y a la vez estoy despierta
y te pienso.

Y no sé. 
Tengo miedo.