martes, 24 de diciembre de 2013

Bello inconexo del alma.

El mundo acaba de morir.

Dicen que se se cansó de respirar,
que la palmó por sobredosis,
que le hacía falta un puto lapsus
por un solo segundo.

Y simplemente se le fue de las manos,
como cuando dices "ésta es la última vez que me tendrás en tu cama",
pero luego te enredas,
te enredan
y luego vuelves y estás aquí de nuevo,
pidiendo éxtasis,
quebrando ansias.

Pero bueno,
solo dicen, ellos dicen,
no callan ni un segundo,
las malas lenguas gustan de eso,
de hablar por hablar,
ondeándose y repartiendo palabras con florituras,
partituras sin rima,
pajaritos sin seso.

Y dime qué, cómo y ahora,
qué mierda tengo que hacer,
qué tengo que plantearme ahora que el mundo hizo
PUF
y ya está.

Se me acabó el opio,
la magia,
el ritmo se me descompasó
y ahora solo me queda miedo
y el chirriar de mis dientes,
que no saben si les queda algo de hambre.

Cómo hago ahora para abrir tu jodida caja de pandora
que parece abrírseme a veces y luego se cierra,
me pilla los dedos,
me deja la miel el los labios
y me quedo desnuda en esto.

Ya no sé llorar
y sin llorar no respiro,
me olvido y si eso,
me queda un pedacito de esto,
lo nuestro,
me viene y me va
y a veces,
me sirve de medio pulmón artificial
que me da para reírme a gusto,
como un viejo de ochenta años que fuma desde los quince,
si es que aún vive entre tanta mierda.

Me da la tos y no es por la edad,
sino por el miedo a quedarme en silencio,
miedo me da que sigas ahí todavía,
y que con suerte,
resuene mi mente,
que sueña,
que miente,
que cree que algún día fuiste mía.


Reía.

Luego nada.
¿Para qué?
El mundo se suicida y yo no tuve cojones.

Y qué si mi mente habla y se me acabó el freno.

¿Cuánta concordancia entre cada una de mis malditas palabras
te hace falta para juzgar el grado de mi locura?


Nada grave.
El ritmo se para,
el ciego se esfuma,
el mundo me fuma,
el miedo me ahoga,
ni vida,
ni cura.

Ya nada puede salvarnos.

1 comentario:

Jennifer Rodríguez dijo...

Increíble, increíble, me ha llegado muchísimo. Es genial entero pero la última parte.. es brutal, me identifico mucho.

(tengo que visitar tu blog más a menudo)