sábado, 8 de octubre de 2011

El camino del retroceso.





Fuimos.
Fuimos minúsculos granos de eufória en este mar de estrellas perladas.
Fuimos.
Fuimos esa brisa que se escapa entre los pasajeros del tren, la que se colaba por las rendijas de las
ventanillas sin permiso.
Fuimos polvo. Nos esfumamos sin decir adiós.

Fuimos amaneceres,atardeceres y lunas menguantes.
Nos hicimos pequeños. Nos encogimos y desaparecimos, dentro de nosotros mismos.

Rascamos las paredes de nuestra habitación. Nos tragamos el color de las cosas.
Te fumaste mis besos, me bebí tus mentiras.
Pasó el tiempo y todo seguía igual, en el mismo sitio, de la misma forma en que lo colocaste la última vez.

El miedo caló en mi pecho y se hizo okupa de él.
Cada una de las paredes de mi cuarto me miraban permamentemente, obstruyendo cada uno de los huecos de mi cerebro
que aún tenían fuerzas para pensar. Mis párpados dieron todo de sí, mi mente decía NO.
Luna menguante, luna creciente, luna llena, daba igual. Había algo en esa habitación que no me dejaba dormir.
Llámalo tu perfume, llámalo tu esencia.

Tu respiración seguía atrapada entre mis sábanas y las hacía palpitar.
Poco a poco se fueron descoloriendo, desgastando, al igual que mi vida.

Las margaritas de mi jardín se marchitaron, dandole a mis pies descalzos un tono más triste y solitario.

La vida parecía simple y calculada.
Pasaron inviernos, veranos, otoños y primaveras.
Daba igual.
Todo seguía allí, incrustado.
Como una rosa que guardamos en un libro para no perder su olor.

A veces me pregunto, ¿como se guarda la esencia de un beso?
Podríamos plasmarlo en el papel con cualquier pintalabios barato, pero quedaría vacío, hueco.
¿Como plasmar cada uno de los estímulos que creó en ese momento sobre nosotros?
¿Cómo se guardan las caricias? El recuerdo no sabe a nada. ¿A qué velocidad exactamente se erizó mi piel en cada una de ellas?

¿Podríamos calcular eso?
Me siento en un mundo paralelo, enfrascada en tu sonrisa y ahogandome en este mar que han formado mis lágrimas.

¿Cuál es el secreto del retroceso? ¿Podríamos ir de alguna forma atrás en el tiempo?

Volver a perderme entre tus sábanas, volver a alborotarte el pelo.
Volver al mar, volver tras esas huellas que plasmamos en la orilla y que después se llevo el agua.
Volver a sentir ese escalofrío, volver a cruzar los dedos para verte un día más.
Volver y retroceder hasta ese beso.
Volver a surcar con mi dedo los charcos en tus clavículas.
Y no crecer, y no sufrir.
Volver a soñar con tu boca.
Volver a preguntarme si cada uno de mis sueños se harán realidad a tú lado.
Y no más decepciones, y no más lágrimas.
Salir de este frasco que me ahoga en penas.
Y volver. Volver a sonreír.

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